3 de diciembre de 2014

La corrupción es verbo, no sustantivo.

La corrupción es verbo, no sustantivo.

El crimen de corrupción no se paga con cárcel, se paga con corrupción. Al mexicano común no le preocupa tanto la corrupción sino no ser parte de ella. Vociferantes indignados contra la corrupción que, tan pronto son contratados sus servicios o adquiridos sus productos por un corrupto, le hacen reverencias y, de ser posible, se fotografiarán a su lado para preciarse de tener a tan "distinguido" cliente.

En un país donde la movilidad social no proviene del esfuerzo, ni del talento, ni del nivel educativo, ni de la experiencia, la lucha de clases se convierte en la lucha por acceder a niveles más altos de corrupción. El mexicano común quiere y puede pasar de ganar miles a obtener millones, solo basta con conocer al amigo adecuado.

Líderes, amigos de los pobres y de los trabajadores, que se vuelven millonarios. Acaudalados empresarios que, una vez en el poder, hacen negocios personales desde ahí. Los corruptos no quieren juzgar a otro corrupto, quieren parte del botín. Para el corrupto, el ladrón no es quien roba, ése es su igual, ladrón es el que no comparte. Por eso, el secreto de la sustentabilidad de tantos años de corrupción fue dejar escurrir, dejar salir de la llave, gotas para los demás, poco, lo suficiente para que mitigaran su sed. Cuando todos participaban, no quedaba nadie para cerrar la reja. Los corruptos de ayer se quejan de que los corruptos de hoy no siguen esa regla de oro.

El cinismo de los neo-corruptos radica en que aprendieron a comprar a sus potenciales enemigos en el último momento o en hacerlos sus socios desde el principio. La riqueza obtenida al cerrar la llave al pueblo les ha traído la ira popular, pero también les ha permitido una acumulación de riqueza nunca antes vista. Contra ella difícilmente se toparán con gobernante, ejército, legislador, juez, prensa o cura que no se arrodille y, en caso de que se topen con un hombre digno, arrodillarán a su superior.

La corrupción no es una enfermedad que se pueda curar con remedios, es una cultura que se aprende desde casa. Un político hablando de combatirla, tiene tanta credibilidad como Maradona diciendo: "Di no a las drogas".

30 de noviembre de 2014

¿Nostalgia o artralgia?


¿Nostalgia o artralgia?


Leer digitalmente no me hace menos lector ni leer en papel me hace más intelectual.

Toda mi vida leí en papel; pero mi vista no es la misma. Así que la versión digital me permite agrandar la letra. Y no se diga de los amigos con debilidad visual, que requieren del text aloud.

Leer en papel es una preferencia, no una obligación.

Cuando apareció la máquina de escribir, no dudo que existiera quien se resistiera a usarla, alegando la muerte de la escritura. El libro digital no viene a destruir la literatura, como la fotografía no destruyó la pintura, ni la televisión acabó con el cine ni el cine con el teatro. Es una opción más que, poco a poco, irá ganará adeptos por las ventajas que ofrece: resaltar y copiar el texto; pero sobre todo ecológico. Una sola copia digital puede llegar a millones, en segundos, en cualquier parte del mundo, a un costo ínfimo y sin emplear una sola hoja de papel. Una más, los libros digitales impiden la censura del pasado, no hay papel que quemar.

Como autor, los libros electrónicos me permiten buscar errores, corregir y dar formato a mi borrador. Seguir usando la máquina de escribir, no haría de mí un romántico, sino un obstinado. No tenemos problema en escuchar música ni en ver fotografía o video digitales, ¿cuál es el problema con el texto? Las mismas bondades de uno se aplican al otro.

Atacar los eBooks en redes sociales es irónico. ¿No deberían acaso hacerlo por correo ordinario para ser congruentes con su discurso? No llamemos nostalgia lo que es artralgia, el dolor articular de moverse con la vida, al ritmo de ésta. No existen campañas ni activistas contra el libro impreso. Si llegan a desaparecer, o se vuelven menos populares, será por cuestiones naturales, no forzadas, como sucedió con los discos de acetato y las cámaras de rollo. 

Dentro de un par de generaciones nuestros nietos preguntarán: ¿Por qué, habiendo la posibilidad de leer digitalmente, tenían que seguir talando árboles para fabricar papel? ¿Por qué ocupar tanto espacio en libreros cuando una biblioteca entera cabía en un DVD? (Aunque dudo que, para entonces, todavía existan los DVD) ¿Por qué no accedían a las librerías digitales gratuitas de todo el mundo?  ¿Por qué ganaban tanto las editoriales y los autores tan poco?

Los blogs no destruyeron la literatura. Solo permiten la difusión de ideas de una manera distinta, breve, para lectores de la era moderna. Igualmente, con el libro digital tenemos una opción más, no una menos.

Enoch

26 de octubre de 2014

No tienen madre

No tienen madre.

Los super-héroes no tienen madre... ni padre. Son huérfanos. Así, resulta creíble que tengan sus propias reglas, aprendidas de aquellos, en algún momento o de los tíos o de padres sustitutos; pero, a final de cuentas, serán las propias reglas las que ellos seguirán. 

Estar sujetos a sus padres tiene inconvenientes: "Bruce, me tienes tan abandonada", "Peter, pasa por el pan de regreso a casa", "Harry, si no arreglas tu cuarto no sales con tus amigos". Tales cosas demeritarían el "poder" de nuestros super-héroes. Es la libertad del personaje para regir su vida el enganche supremo, no sus poderes, no sus tragedias personales, no sus vidas solitarias, no su lucha contra sus enemigos.

¿Y la pareja, qué tal una pareja? Tampoco. Una pareja implicaría renunciar a gran parte de su libertad y asumir responsabilidades para con ella: ¿por qué andas salvando a esa lagartona, Supermán? ¿Nunca estás conmigo, por andar salvando gente que ni conoces, mujer maravilla? ¿A poco ya terminaste, Flash? ¡Tú y tu maldito carácter, Hulk! ¿Por qué hueles a otra mujer, Aquamán? No, una pareja no es una alternativa decorosa para el glamour de nuestros personajes favoritos. Serían tan humanos como nosotros.

Pero... ¿qué hacen nuestros amigos imaginarios con sus poderes? ¿Acaso construyen pozos de agua potable?,  ¿cultivan grandes extensiones de tierra para dar de comer a los hambrientos?,  ¿construyen casas para los desprotegidos?, ¿derrocan gobiernos corruptos o criminales?, ¿detienen las guerras?  o ¿llevan niños enfermos a hospitales? No. Los super-héroes no persiguen fines sociales, ninguno, solo metas personales, de su reducido grupo o defienden el capital y el status quo. 

Tampoco los encontramos muy inteligentes. Por el contrario, los inteligentes son los malos: Los Brainiac, Luthor, pingüinos, acertijos y demás son los enemigos, los peligrosos, los "genios del mal" que tratan de apoderarse del mundo, o destruirlo (aunque luego no tengan ellos mismos dónde vivir). Aún cuando los super-héroes tengan poderes para lograr sus fines de inmediato, tiene que pasar todo un capítulo para que se les ocurra cuál poder usar para librar la situación, permitiendo al lector, adivinar el poder a emplear y sentirse igual o superior a su héroe. 

¿Y qué tal andan de emociones nuestros salvadores? Casi siempre, la tristeza, soledad e incomprensión, algo con lo cual definitivamente cualquiera todos nos podemos identificar. Amores fallidos, sí. Amores exitosos, no. Rabia e indignación por la situación mundial, jamás. Incluso la ira está prohibida a no ser que, de ella, resulte algo positivo, como poder vencer al enemigo. Caso aparte están los jamesbonds, enteramente insensibles, meras máquinas de placer y matar, incapaces de sentir algo, aunque sea miedo o una simple duda. Pero esos son solo humanos, millonarios, espías, repletos de avances tecnológicos que son los que les confieren sus poderes especiales, algo así como Batman pero en disfraz de gentleman. 

Los super-héroes, pues, se reducen a ser capaces de salirse con la suya, por sobre el mundo, por sobre los demás, en entera libertad... sin padres,... por eso gustan tanto a los niños, y a los que seguimos siendo como niños.

Super-Enoch

27 de septiembre de 2014

Dios, Jesús y la religión en 50 puntos.

Dios, Jesús y la religión en 50 puntos.

1. Dios crea un hombre y una mujer, del barro, el sexto día. Desaparece la mujer y tiempo después la vuelve a hacer de la costilla de Adán.
2. Pone un árbol del conocimiento del bien y del mal en el Paraíso y les dice a Adán y Eva que no lo deben comer porque, de hacerlo, morirán.
3. El demonio, disfrazado de serpiente parlanchina les engañe. Comen y no se mueren, pero se vuelven mortales.
4. Dios castiga a Adán y Eva por haber sido engañados y por obrar mal antes de que supieran lo que era el mal.
5. Expulsa del paraíso a Adán y Eva, les manda poblar la tierra y convierte el sexo en pecado. Tienen dos hijos varones los cuales deben ayudar poblar la Tierra.
6. Dios prefiere el regalo de un hermano, un sacrificio de un animal, sobre el del otro, una ofrenda agrícola, a sabiendas que el hermano menospreciado mataría al otro.
7. Manda al asesino sobreviviente a la tierra de Nod, donde habían otros humanos que aparecieron de quién sabe dónde.
8. Adán y Eva Tienen a otro hijo, Set, otro varón que tomará a sus mujeres de quién sabe dónde.
9. Dios ve que los hombres se portan mal.
10. Dios ahoga a todos los humanos, animales y bebés inocentes incluídos, para volver a comenzar, ya que estos le salieron malos.
11. Dios elige a un borrachín, su esposa y sus tres hijos, con sus esposas, para volver a repoblar el mundo. Los hombres vuelven a salir pecadores.
12. Dios deja que su pueblo sea esclavizado por los egipcios.
13. Dios endurece el corazón del faraón de Egipto para que no deje ir a los judíos.
14. Dios mata más inocentes y manda plagas para que muchos sufran, porque el faraón no deja ir a los judíos, porque Él mismo endureció su corazón.
15. Su pueblo se va de Egipto y ahoga al ejército que le persigue, aunque pudo hacer eso desde el principio.
16. Hasta entonces se le ocurre a Dios mandar diez mandamientos para decir cómo se deben comportar los humanos, después de haberlos ahogado a todos, por falta de su instructivo.
17. Su vocero los rompe en una rabieta. Manda otros diez, tal vez sufre demencia senil y le salen algunos distintos a los anteriores y hasta un poco ridículos. Nadie hace caso de los nuevos.
18. Dios se pone a dictar montones de leyes inmorales, injustas, absurdas y crueles, que durante muchos años hicieron del mundo un lugar inmoral, injusto, absurdo y cruel.
19. Dios se pone a jugar apuestas con el diablo, sabiendo que va a ganar, y le jode la vida a Job y a toda su familia.
20. Dios manda a Abraham, un patriarca casado con su media hermana, a matar a su hijo porque, aunque todo lo sabe, no sabe si le obedecerá y quiere probarlo.
21. Dios destruye Sodoma porque sus habitantes eran sodomitas.
22. Dios arrasa con los Gomorritas porque... Nadie sabe por qué.
23. Dios elige a Lot, un hombre justo, para salvar de esa destrucción. El hombre justo ofrece a sus hijas vírgenes para ser violadas al populacho.
24. Dios castiga a la esposa de Lot por el terrible crimen de voltear la vista hacia su pueblo. Las hijas de Lot tienen sexo con su padre, borracho.
25. Su pueblo elegido tiene reyes lascivos y criminales de guerra. Manda destruir pueblos vecinos, violar a las mujeres y asesinar niños y adultos.
26. El Dios todopoderoso vence a los pueblos vecinos siempre y cuando no usen carros de hierro, porque entonces no puede.
27. Dios le habla a uno que otro hombre, para seguir dictando sus reglas. Les llaman profetas.
28. Dios cambia de idea, se convierte en palomita para embarazar a la mujer de otro, virgen, y ahora sí va a perdonar a la humanidad.
29. Nace su hijo, Jesús, que a la vez es Él mismo.
30. Dios le avisa a José, por medio de un ángel, que huya para evitar que le asesinen, José no avisa a nadie más y matan a todos los bebés de la época.
31. Jesús hace unos milagros por ahí y otros por allá para demostrar su poder. Entre ellos, se enoja con un árbol y lo seca por no darle higos cuando no era época de higos.
32. Jesús da un nuevo mensaje donde contradice lo que Dios, o sea Él mismo, dijo antes, aunque dice que no viene a cambiar nada.
33. Jesús no convence del todo y lo crucifican por blasfemo. Muere y muchos muertos salen de su tumba. El evento pasa desapercibido para el resto de la humanidad.
34. Jesús resucita al tercer día, se le aparece a los que le conocían y se va al Cielo no sin antes prometer que regresará en pocos años, antes de que se mueran sus discípulos. Nunca regresó.
35. Para demostrar su amor por la humanidad, Jesús crea un Infierno para torturar a todo aquél que no le ame de vuelta.
36. Jesús se le aparece a un soldado para dictarle un nuevo mensaje que no dijo cuando estuvo vivo en la Tierra.
37. Jesús le revela a Juan una visión de horror para el futuro, para cuando regrese.
38. Dios, Jesús y la palomita dejan de dictar, aparecerse y embarazar vírgenes.
39. Jesús deja que sus seguidores sean torturados, quemados y sacrificados durante unos cuantos años. A las víctimas les nombran mártires del cristianismo.
40. Los seguidores de Jesús toman el poder y ahora son ellos los que torturan, queman y sacrifican a los demás durante siglos. A las víctimas les nombran enemigos del cristianismo.
41. Dios esperará que los humanos tarden siglos para descubrir por sí mismos que sus reglas concretas no deben tomarse literalmente.
42. Por mientras, sus representantes, siguiendo Sus instrucciones, destruyen culturas enteras, queman bibliotecas, invaden pueblos, esclavizan hombres, apoyan dictadores, violan mujeres y abusan de niños durante siglos.
43. Los cristianos se dividen, alegando que los demás no entienden Su verdadero mensaje. Unos y otros se amenazan mutuamente con el Infierno.
44. La virgen se aparece de cuando en cuando, tomando los rasgos de los pueblos donde se aparece. Aparecen vírgenes chinas, negras e indígenas.
45. Sus representantes logran un imperio económico y un tesoro que hace palidecer las arcas de tres cuartas partes de los países del mundo.
46. Por siglos, sus iglesias han recibido donativos para obras de caridad y construyen templos, escuelas y hospitales donde reciben más dinero. Sigue habiendo pobreza y hambre en el mundo.
47. Dijo que la oración tendía el poder de hacer milagros. Sus seguidores rezan por la salud y la paz. Sigue habiendo enfermedad y guerra.
48. Aparecen personas que afirman ser Jesús, de vuelta, en distintos en distintos lugares del mundo.
49. Cientos, miles y hasta millones atestiguan que presenciaron los milagros de estos nuevos Jesús, igual que hicieron otros hace dos mil años.
50. Jesús aparece en tostadas, cheetos y orines de perro, ayuda ganar premios a la gente, bendice naciones y hace que encuentres tus llaves. Por otro lado, manda terremotos, tsunamis, huracanes, y a veces manda enfermedades o accidentes para matarte y poder abrazarte.

Amén.

30 de agosto de 2014

Cómo ser millonario, gozar de buena salud y obtener el amor con la Ley de la Atracción

Cómo ser millonario, gozar de buena salud y obtener el amor con la Ley de la Atracción

Método seguro e infalible en 3 simples pasos.
Por Enoch Chopra de Pollo.

1. Idea una relación absurda y bautízala con un nombre interesante. Aquí hay algunas sugerencias: "Reparación cuántica del DNA", "Vibración emocional positiva", "Equilibrio de las energías de los cuarzos y los imanes", "Sincronicidad de emociones", "Pon a funcionar los registros akáshicos en tu favor", "Obliga a los ángeles a que te den lo que pidas", "Haz que la partícula de Dios alinee tus chacras", "Detén el envececimiento con el poder de la mente", etc.. No importa lo absurdo, de hecho, entre más absurdo resultará más creíble. Asegúrate de usar jerga científica, sobre todo de los nuevos términos que todavía la gente no científica aún no comprende bien: bosón de Higgs, positrones, fotones, etc.

2. Publica un libro y da conferencias prometiendo amor, salud y dinero con ese tema. Asegúrate de aseverar que la ciencia es oficialista, cerrada y que no aceptarán tu teoría porque los contradice (no porque no esté sustentada). Menciona otros trabajos similares para darte más credibilidad y obtendrás citas de vuelta. Puedes usar trabajos científicos verdaderos aún cuando no tengan relación con lo que tú afirmas.

3. Atraerás a millones de personas crédulas ansiosas de obtener esos resultados, te llenarás de billetes con el cual pagarás los mejores tratamientos médicos científicos cuando te enfermes y hará feliz a tu pareja o te permitirá conseguir una que será atraída por tu fortuna. Y lo mejor, sin que nadie te pueda acusar de fraude.

Últimos consejos:

1. Cuando tus seguidores te digan que no les está funcionando, cúlpalos a ellos de no aplicar rigurosamente tus enseñanzas y mándalos intentar con más fuerza. Jamás dudes de tu método. Se irán con la cola entre las patas pensando "cómo puedo ser yo tan tonto que no logro hacer esto que es tán fácil".

2. Cuando alguno de los miles seguidores obtenga algo positivo como pareja o un mejor trabajo, cacaréalo como resultado positivo de tu teoría. Ignora todos los demás casos donde no hay cambios. Tú mismo debes vestir elegantemente y usar buenos automóviles, necesitas ser la "prueba viviente" de tu método.

3. Aguántate la risa.


10 de junio de 2014

Ya es hora

Ya es hora.

Si Dios es omnisapiente y dictó las reglas morales que debíamos observar, ¿por qué dejó fuera cosas tan importantes como: no violarás, no abusarás de los niños, no tendrás esclavos, no discriminarás, no harás la guerra o respetar las otras religiones? Si Dios odiaba eso, ¿por qué no lo dijo? Si en aquél entonces no lo odiaba, ¿por qué cambió de parecer? Jesús, que curó enfermos, ¿por qué no enseñó reglas básicas de higiene que habrían evitado millones de muertes hasta que aprendimos a llevarlas a cabo?

No hay absolutamente nada, en toda la Biblia, que se asome a un mínimo conocimiento, no digamos divino, sino simplemente nuevo, algo que no supiera la humanidad de aquella época. Lo que en ella se encuentra es errado desde el punto de vista científico, de dudosa o nula historicidad e incluso inferior en todo aspecto a la filosofía griega, a la legislación romana y a la moral budista.

Observa la Biblia objetivamente y pregúntate si no podrías tú mismo dictar muchas mejores reglas morales.  Eres más moral que tu dios porque has nacido en una sociedad secular. Las sociedades religiosas históricamente han sido y siguen siendo bárbaras, crueles, retrógradas e injustas a todas luces. Cuando te horrorizas de que el Islam aplique penas infamantes, estás viendo el pasado del cristianismo, un pasado no tan lejano como la inquisición sino el de apenas hace un siglo en las penas por blasfemia, la cárcel que sufrieron los homosexuales y el ostracismo que todavía existe para los ateos en muchas partes del mundo.

La libertad religiosa no es un derecho que haya nacido de la misma moral religiosa. La Biblia lo prohíbe en el primer mandamiento y manda lapidar al que te hable de otros dioses. Si hemos avanzado moralmente no ha sido por la Biblia, sino a pesar de y en contra de ella. La moral secular, no la religiosa, es la que ha dejado atrás las leyes inmorales de aquél pueblo de pastores ignorantes. El amor al prójimo, la frase más repetida de Jesús, todavía no aplica para los homosexuales y gente de distinta raza o religión.

Aquellos que viven de tu diezmo seguirán afirmando que la moral humana es limitada y la divina es la correcta. Ajustarán su lectura de la Biblia y la reinterpretarán para que concuerde con esta nueva ética contra la cual lucharon con todo y solo hasta que fueron rebasados por la sociedad estuvieron dispuestos a aceptar. Con total deshonestidad intelectual dirán que Dios lo quiso así desde el principio y tú les creerás... si quieres seguir creyendo.

Ya es hora de que levantes la cabeza y aceptes lo obvio, que tienes la religión que tus padres te enseñaron como verdadera de niño, cuando aún no podías aplicar un juicio crítico como el que puedes hacer hoy, de adulto, sobre cualquier otra religión; que la Biblia no es sino la colección de mitos de gente primitiva que ya no tienen cabida en el mundo actual; que los mismos que te quieren convencer que Dios te dará todo lo que necesites, no viven de la providencia divina que predican sino de tu dinero; que te han convencido de que debes temer hasta de tus propios pensamientos para que aceptes y hagas lo que ellos te digan que tienes que hacer y pensar; que no necesitas sino de empatía y compasión para tener una vida decente; que no necesitas de un hada madrina invisible que te cuide ni una cohorte de ángeles que te salvarán o dejarán morir de idéntica forma como opera el azar; que tu naturaleza humana, tu cuerpo, tu sexualidad, tus sentimientos, tus actos y tus pensamientos no son observados ni juzgados ni anotados en un libro celestial por el cual rendirás cuentas al morir; que los sucesos malos de la vida no son ninguna clase de prueba orquestada de tu fe ni los buenos son una bendición especial, por bien que se sienta pensarlo; y que tienes una sola oportunidad para vivir, la cual puedes aprovechar al máximo o desaprovechar agachando la cabeza y sacrificando tu humanidad, viviendo en el temor, la superstición, la ignorancia y el odio.

Si no puedes levantarte y mirar de frente al mundo, como adulto, sigue pues hincado, orando con los ojos cerrados, temiendo, sacrificando tu dignidad y moral humana, regalando tu dinero y perpetuando mentiras.

Enoch Alvarado

20 de mayo de 2014

Amor de novela de novela de amor

Amor de novela de novela de amor.

Mi día se había convertido en el ansia de tenerla de vuelta en mis manos. A veces violenta y a veces tierna, pero siempre interesante, mi Sherezada revelaba sus secretos cada noche. Yo... yo estaba terriblemente atrapado con todo el placer que me proporcionaba.
Regresaba con prisa a casa, para llevarla conmigo a la cama. La tenue luz del buró preparaba un ambiente íntimo.
Mi imaginación volaba mientras mi mano la recorría de arriba a abajo, sin prisas.
Resultaba difícil detenerme, pero el cansancio del día me rendía.
Alargaba la noche unos minutos más hasta quedar satisfecho y ella quedaba a mi lado. Muchas veces, no todas, mis sueños repetían la historia recién vivida.
Fueron muchas noches de placer las que tuvimos; pero como todo amor trágico, éste también tuvo su final. No fue la primera, ni sería la última y eso me permitía decirle adiós con más gusto que tristeza. Con la promesa de volverla a buscar en el futuro, la llevé al librero y la coloqué entre mis novelas favoritas.


Enoch Alvarado

13 de mayo de 2014

La experiencia mística

La experiencia mística.

La experiencia mística es real (los que no la han experimentado la verán en el video siguiente). La llegué a experimentar en una ocasión y, efectivamente, sacude fuertemente. Conozco la exaltación que se puede sentir de un sentimiento pero esto es algo mucho más fuerte. Es un verdadero éxtasis que no se puede poner fácilmente en palabras; pero si lo tengo que poner en palabras, lo describiría como un "orgasmo emocional".


Mi primera experiencia, que duró varios minutos o tal vez un hora, tuve una sensación de plenitud del amor por y unidad con todo. En aquél entonces, no tuve explicación para el fenómeno; pero tan pronto pasó (el período refractario duró un par de días) empecé a analizar qué había sucedido antes que podría haber desencadenado la experiencia. Encontré que habían chocado, al menos, dos emociones fuertes y una no tan fuerte, una de las fuertes era la tristeza (ese día murió mi queridísima abuela, y la tristeza suele "bajar" la coraza emocional) y la otra era una gran alegría.

Años después, en un diplomado de PNL conocí el colapso de anclas aplicado a cosas mucho más "concretas" (como fobias, recuerdos) y empleábamos "estados", no emociones profundas (al menos ahí). Me pregunté si no sería esa la explicación a lo que había sucedido en aquella ocasión: Un colapso de emociones. Quince años después, vi este video donde Derren Brown asegura haberlo inducido en una persona (emplea el colapso de anclas, lo verán en el video completo, hasta abajo). Si no hubiera pasado por la misma experiencia, podría pensar que fue un montaje para TV (aún así podría serlo, pero le doy mi voto de confianza) o lo hubiera visto como mero entretenimiento.

Durante mi experiencia, la unión amorosa con el Universo, Dios o lo que sea, porque realmente no hubo nada ahí (al menos yo no tuve visiones, pero no descarto que otros las tengan), la sensación fue tan intensa y tan distinto a lo conocido que entiendo que la gente lo atribuya a algo “fuera de este mundo”. Yo no pude hacer tal brinco lógico (en aquél entonces cojeaba de mis emociones, pero mi razón estaba perfectamente sana) y me quedé con un simple: algo “distinto”, algo "nuevo". La sensación es real. Atribuirla arbitrariamente a dioses, energías y demás simplemente es una falacia (argumento desde la ignorancia). Como la mayoría de la gente fue educada en el concepto de Dios, entiendo perfectamente que se queden con esa explicación. Ni qué hablar del ego que se aferrará con uñas, dientes y hasta piel a la idea de sentirse “único” y "unificado con Dios".

No afirmaré que tengo la razón, pero mi hipótesis de que no es más que un colapso de emociones y sentimientos (no podría decir cuáles ni cuántas), tiene el camino allanado para repetir la experiencia y tratar de lograrla a voluntad gracias al video.

¿Se puede obtener este éxtasis con droga? No lo sé, jamás he usado drogas y mi espíritu científico no llega a tanto como para experimentar con ellas. Las experiencias reportadas de quienes las han empleado van más hacia la alteración de la percepción (alucinaciones, psicodelias, visiones, sinestesias) o de sensaciones como la euforia o tranquilidad. No puedo concluir nada al respecto.

Regresando a mi experiencia, mi estructura mental es visual-auditivo y, por ende, mi canal kinestésico está alojado en el nivel inconsciente, lo cual podría explicar el porqué en mi caso fueron “alucinaciones” emocionales (por llamarlas de alguna manera) pero no visuales ni auditivas como han reportado otros, entre ellos, los llamados santos. Según esos reportes, la experiencia llegó después de un proceso de saturación de estímulos (dolor de la auto-flagelación, hambre, oración y otros) los cuales bien podrían terminar por colapsar y disparar la experiencia, la cual es tan placentera, que no dudo que se hayan vuelto adictos a ella.

¿Se repitió en mí la experiencia? No. Tuve otro tipo de experiencia la cual sí se ha repetido varias veces. Éstas estuvieron más cercanas a lo que se reporta como la “iluminación” budista. Si la experiencia mística era un orgasmo amoroso, esta nueva experiencia era un torrente de sabiduría, un poco amorosa también, pero más bien diría "compasiva". Al decir sabiduría no me refiero a conocimientos académicos o científicos ni de las respuestas a las grandes preguntas sobre el Universo. Simplemente al conocimiento pleno de mí mismo. Pero eso es otra historia.


9 de mayo de 2014

Test de deshonestidad intelectual

Test de deshonestidad intelectual.

Es un ejercicio inútil tratar de convencer a una persona que cree algo como verdadero que no lo es; pero con respecto del proceso del pensamiento ya no está tan seguros. Así que he preparado una lista de 100 preguntas que deberían hacerse los creyentes, no para revisar su doctrina, sino a sí mismos.

Aclaro que esto no es una prueba psicológica ni intelectual homolagada. Es solo un juego para cuestionar los engaños que nos hacemos para creer lo que creemos.

Sinceramente, no creo que un solo creyente desee contestarlo, Esto está hecho para la gente que está en la puerta del armario, que necesita un pequeño impulso para salir y para aquellos ateos que aún son jóvenes y carecen de herramientas para defenderse de las carretadas de falacias que emplean los creyentes en su contra. ¡Va por ustedes!

Suma un punto por cada respuesta afirmativa y obtén tu porcentaje de deshonestidad intelectual. Guarda tu respuesta para ti, y decide si seguirás traicionándote o si estás dispuesto a buscar la verdad más allá de aquello que ya crees que es verdadero.

1.              ¿Tienes la religión de tus padres y jamás te preocupaste por conocer otra?
2.              ¿Sabes que tu religión ha abandonado muchas ideas erróneas del pasado pero sigues afirmando que es totalmente verdadera?
3.              ¿Empleas anécdotas milagrosas, falsas, absurdas o inmorales, ya sean personales, anónimas o ficticias y pretendes hacerlas pasar por virtuosas?
4.              ¿Aceptas milagros incomprobables de la antigüedad pero eres escéptico del conocimiento científico comprobable moderno?
5.              ¿Crees que los animales pueden hablar pero no pueden evolucionar?
6.              ¿Afirmas que los milagros y el libro sagrado de tu religión son verdaderos y los de otras religiones son falsos?
7.              ¿Llamas milagros a los hechos cotidianos de la naturaleza como nacer, respirar o el arco iris?
8.              ¿Niegas, desestimas o minimizas los actos inmorales cometidos por tus líderes religiosos pero te sientes gravemente ofendido cuando se critica a tu religión?
9.              ¿Justificas o tratas de darle sentido al genocidio, la esclavitud, lapidación, asesinato de infantes, y al abuso físico y sexual mandados por Dios en el Antiguo Testamento?
10.          ¿Piensas que aquél que no crea irá al Infierno, aún cuando sea una buena persona; mientras que un criminal realmente arrepentido puede ir al Cielo e insistes que la religión inculca una buena moral?
11.          ¿Tienes sentimientos de vergüenza o culpa por tus genitales o tu sexualidad?
12.          ¿Crees que alguien tiene derecho de juzgar, decidir o legislar sobre el cuerpo y la sexualidad ajena?
13.          ¿Pides perdón a Dios por tus pecados pero no pides perdón a quien ofendiste o lastimaste?
14.          ¿Aseguras que tu moral está basada en la religión y te sientes orgulloso de ella?
15.          ¿Exiges que los demás demuestren la verdad de su dicho y quieres convencer a los demás de las tuyas sin demostrarlas?
16.          ¿Usas tu incredulidad personal para desestimar la realidad?
17.          ¿Usas la ignorancia científica propia o ajena como argumento en contra de la ciencia?
18.          ¿Necesitas que alguien te proteja desde el Cielo en vez de crecer y enfrentar el mundo?
19.          ¿Afirmas tener una relación personal con Dios y acusas de arrogantes a otras personas?
20.          ¿Tus aciertos los agradeces a Dios y por tus errores culpas a al demonio?
21.          ¿Usas tu propia exaltación religiosa como argumento y te enfadas por que no es tomada en serio?
22.          ¿Usas frases de la Biblia, de tus líderes religiosos o clichés como propios y jamás te has puesto a meditar sobre ellos?
23.          ¿Durante un discurso religioso, ante la mención de Dios o Jesús, dices Amén, aplaudes, afirmas o secundas sin discernir si el mensaje es correcto?
24.          ¿Atribuyes arbitrariamente una relación de causa y efecto entre dos hechos, relacionados o no, como desastres naturales y Dios?
25.          ¿Exiges que los demás respeten tu religión y afirmas que irán al Infierno?
26.          ¿Expresas abiertamente tu creencia pero exiges a los no creyentes que se mantengan callados?
27.          ¿Te autoproclamas humilde instrumento de la voluntad divina y Dios jamás te ha pedido hacer algo en lo que tú no estés de acuerdo?
28.          ¿Crees que pertenecer a la mayoría confiere derechos sobre las minorías?
29.          ¿Afirmas que la probabilidad de que Dios exista o no, es del 50%/50%?
30.          ¿Si una afirmación tuya es demostrada como falsa, la retiras de momento pero más tarde vuelves a afirmar lo mismo?
31.          ¿Crees que la vida que vale la pena vivir empieza al morir?
32.          ¿Afirmas que la ley de Dios es eterna e inmutable, luego afirmas que cambió con el Nuevo Testamento y aún así no encuentras contradicción en tus creencias?
33.          ¿Sientes miedo tan solo de dudar de Dios?
34.          ¿Afirmas que la Biblia es perfecta y también afirmas que no debe tomarse literalmente sino interpretarse o leerse entre líneas?
35.          ¿Crees en el poder de la oración para sanar pero de todas formas vas al médico?
36.          ¿Usas pasajes de la Biblia como confirmación de tus creencias basadas en la Biblia?
37.          ¿Niegas o te burlas de los dioses de otras religiones, pero te molestas si alguien niega o se burla del tuyo?
38.          ¿Afirmas que los demás dioses son en realidad tu propio dios, aún cuando sus profetas, sus mensajes, sus ritos, su forma de crear el Universo y el destino final de la humanidad sean totalmente distintos?
39.          ¿Afirmas que como simples mortales no podemos entender a Dios a la vez que afirmas conocer lo que Dios desea?
40.          ¿Crees tener el derecho de juzgar el comportamiento de los demás cuando tú mismo incumples muchos de sus mandatos?
41.          ¿Crees que existe un plan divino perfecto; pero rezas para que lo cambie a tu favor?
42.          ¿Afirmas que no “crees” sino que “sabes” que Dios existe y llamas ignorantes a los que no lo "saben"?
43.          ¿Dedicas tiempo y dinero. vives con el constante temor del Infierno y afirmas que si Dios no existe no habrías perdido nada?
44.          ¿Llamas perfecta a la obra de Dios y te vacunas para que un virus no te mate?
45.          ¿Exiges un alto grado de evidencia científica para abandonar una sola de tus creencias y aceptas toda tu religión, anécdotas y testimonios personales sin evidencias?
46.          ¿Afirmas que los preceptos de la Biblia son el gran mensaje de Dios a la humanidad aún cuando previamente habían existido sociedades que conocían esos mismos valores?
47.          ¿Afirmas que la Biblia es la guía moral que debería regir el mundo pero jamás la has leído en su totalidad?
48.          ¿Crees necesario que exista Dios para encontrar sentido a tu vida y afirmas que nadie más podría hacerlo de otra forma?
49.          ¿Sinceramente necesitas del premio del Cielo o del miedo al castigo del Infierno para obrar bien?
50.          ¿Puedes obrar bien sin el Cielo o el Infierno pero afirmas que nadie más podría hacerlo si no cree en Dios?
51.          ¿Agradeces a Dios por tu comida y culpas a los hombres por los millones que mueren de hambre?
52.          ¿Afirmas simultáneamente que todo sucede por la voluntad de Dios, que el hombre tiene libre albedrío y que el demonio es responsable de la maldad humana?
53.          ¿Crees que tu fe o tu “revelación personal” te condujo a la verdad pero desestimas la fe y revelaciones de las personas de otras religiones?
54.          ¿Aún cuando no crees ni obedeces lo que manda tu Iglesia sigues considerándote parte de ella?
55.          ¿Afirmas que las cosas son como tú crees porque no puedes pensar que puedan ser de una forma distinta?
56.          ¿Tratas de reconciliar ideas opuestas o absurdas en vez de abandonarlas?
57.          ¿Afirmas que la Biblia es perfecta porque es la palabra de Dios y la prueba de Dios es la misma Biblia?
58.          ¿Usas las cartas del contexto para justificar las atrocidades de la Biblia o la Iglesia como si en algún momento o circunstancia pudieron ser aceptables?
59.          ¿Usas tu propio criterio moral para determinar si un pasaje bíblico es metafórico o literal y afirmas que no existe criterio moral sin la Biblia?
60.          ¿Apelas a la falibilidad humana de los científicos pero no estás equivocado en tu interpretación de la Biblia?
61.          ¿Aceptas que existen versiones distintas, errores de traducción y libros que fueron eliminados y sigues afirmando que es la palabra perfecta de Dios?
62.          ¿Eres capaz de negar una idea, aún cuando sea una verdad demostrada, solo porque contradice algo que dice tu religión?
63.          ¿Tienes fe en tu fe y es por eso que es verdadera?
64.          ¿Atribuyes la maldad humana a la falta de religión y los religiosos que se comporten mal no son “verdaderos creyentes”?
65.          ¿En cualquier cosa inexplicada ves algo inexplicable y lo atribuyes inmediatamente a algo sobrenatural?
66.          ¿Ves el mundo en forma dicotómica: bien o mal, blanco o negro, Dios o Satanás?
67.          ¿Consideras la ignorancia sexual, virginidad o la castidad como virtudes?
68.          ¿Ves correcto que tus hijos presencien un viacrucis y les enseñen que irán al Infierno donde serán torturados por toda la eternidad si se portan mal?
69.          ¿Cuando la ciencia descifra algún mecanismo de la naturaleza que demuestra como falsa la explicación religiosa, cambias tu discurso a “así es como Dios lo hizo”?
70.          ¿Que el Papa pida perdón por los crímenes por parte de la Iglesia basta para que te olvides del asunto; pero exiges penas severas o de muerte para el resto de los criminales?
71.          ¿Te apresuras a detener, callar y rechazar cualquier crítica a tu religión antes de escucharla o leerla?
72.          ¿Te es fácil creer todas las historias fantásticas de la Biblia pero no puedes creer que fueran mitos de la gente supersticiosa de aquella época?
73.          ¿Crees que la verdad es cuestión de popularidad?
74.          ¿Afirmas que Jesús era blanco, rubio y hermoso porque la belleza es sinónimo de perfección y ese es tu ideal de belleza?
75.          ¿Interpretas un pasaje bíblico, afirmas que ese es el sentido verdadero y luego afirmas que la Biblia te mostró el camino correcto?
76.          ¿Afirmas que Dios juzgará y castigará a los pecadores al morir pero tú te encargas de hacer esa labor durante su vida?
77.          ¿Te quedas callado cuando no estás de acuerdo con lo que dice tu líder religioso o tu religión?
78.          ¿Confundes el respeto a las personas con el respeto a las ideas?
79.          ¿Consideras superstición el uso de amuletos pero la oración es digna de todo respeto?
80.          ¿Consideras cualquier suceso favorable una intervención divina pero los desfavorables son solo cosas que suceden al azar?
81.          ¿Puedes encontrar culpables para todos los males del mundo pero tu religión no es ninguno de ellos?
82.          ¿El sexo homosexual, consensuado entre adultos es una abominación pero el abuso sexual de menores es solamente un pecado?
83.          ¿Empleas el salvoconducto del "bien" que hace la Iglesia cada vez que se mencionan sus crímenes?
84.          ¿Das un billete de limosna en tu Iglesia y a un hambriento, si acaso, unas monedas?
85.          ¿Afirmas que si no existiera Dios el mundo sería terrible y luego afirmas que el mundo es terrible?
86.          ¿Las desgracias las atribuyes a la ira de Dios, la ausencia de Dios, la maldad humana o al demonio según convenga a tu discurso?
87.          ¿Afirmas que las creencias no hacen daño pero te mantienes alejado de los fanáticos religiosos?
88.          ¿Cuando se te confronta con las atrocidades bíblicas realizadas o mandadas por Dios, afirmas que Él está por encima de la moral?
89.          ¿Usas tu propia ignorancia y tu limitada capacidad de entendimiento como los límites de la inteligencia y conocimiento humano?
90.          ¿Tienes diferencias con tu Iglesia y otros correligionarios en los temas del aborto, preservativo, pena de muerte, guerras y otros aspectos de índole moral pero sigues afirmando que existe una moral cristiana?
91.          ¿La Biblia no dice lo que dice pero sí dice lo que tú dices que dice?
92.          ¿Afirmas que la existencia de Dios es evidente y empleas argumentos lógicos para demostrarlo?
93.          ¿Afirmas que el Universo no pudo salir de la nada, pero Dios hizo el Universo de la nada y Dios mismo salió de la nada?
94.          ¿Crees que Dios provee de todo lo que hace falta y das limosna a tu Iglesia?
95.          ¿Crees que la descreencia es una creencia?
96.          ¿Cuándo encuentras alguna respuesta dentro de ti lo atribuyes a inspiración divina?
97.          ¿Hablas del amor incondicional de Dios y luego enlistas sus condiciones?
98.          ¿Te sientes ofendido personalmente cuando alguien critica algo de tu religión?
99.          ¿Si en tus argumentos a favor de su existencia, intercambias la palabra Dios por Satanás y obtienes una nueva afirmación gratuita, sigues insistiendo en la validez de tu afirmación?
100.       ¿Afirmas que la religión es una fuerza que une a la sociedad y has perdido amigos o familiares por cuestiones religiosas?


22 de marzo de 2014

Nueva era, misma superstición

Nueva era, misma superstición.

Odio la palabrería barata, cursi, pseudo-científica que hace afirmaciones y promesas absurdas (entre más absurdas mejor) elaborada por un círculo auto-sustentado de vivales que se citan y confirman unos a otros, atacando a la verdadera ciencia (que los contradice y puede desenmascararlos) como cerrada y oficialista. Ciencia de la cual han tomado su jerga para emplearla en absurdos significados nuevos. Igual que las religiones, inculcan el desprecio por el cuestionamiento y el uso de la razón para reemplazar el verdadero conocimiento por sus productos de consumo baratos, mucho más fáciles de digerir y accesibles a las mentes mediocres. Yo los he visto, he visto esa sonrisa llena de orgullo cuando dictan cátedra de pseudo-ciencia, cuando aseguran conocer el origen y el remedio infalible contra las enfermedades o del envejecimiento, cuando se muestran poseedores de conocimientos ultra-secretos, cuando se extasían de sus rituales para sentirse conectados con el Universo o la divinidad, meras emociones a las cuales les confieren un significado, causa y origen arbitrario con la cual justifican la importancia de su experiencia... para luego regresar a su vida de siempre, con las mismas enfermedades y problemas de pareja o personales de todos, sin ninguna célula de su cuerpo rejuvenecida, sin la fortuna, el amor buscado o sea lo que sea lo esperado, o al menos no mágicamente ni producto de ninguna conspiración planetaria en su favor o en contra. Pronto, la magia del momento habrá quedado atrás, la exaltación diluida, el objetivo material incumplido y regresa el agobio de lo cotidiano. Es hora de arremeter de vuelta al mismo ritual, tal vez uno parecido, tal vez uno distinto tomado de otra corriente similar, con la renovada ilusión de encontrar un sentido trascendente a su vida. Qué importa si todas las aseveraciones y predicciones resultaron falsas, usarán de mampara alguna explicación tan ridícula como la profecía fallida misma para darle vuelta al ridículo y la mentira recién descubierta. Hacer no es ser, creer no es sabiduría e inventarse una vida no es vivir.

14 de marzo de 2014

Viaje relámpago a Guadalajara

Después de mucho buscar, apareció una amiga de la primaria-secundaria en Guadalajara y con motivo de la visita de otra amiga que venía de Houston, pues rápido que se organiza la pachanga para ayer jueves en la noche. Así que, el mismo jueves temprano preparé mis petacas para el viaje... Y luego hice mi maleta.

Como dijo Vicente Guerrero: "La Patria es Primero". Y como la patria está pobre, decido irme en autobús. Más descansado, más barato, más relajado y viendo películas.

Guadalajara, ahí te voy. Según yo, tomaré un almuerzo frugal para llegar a comer sabroso allá. Así que empiezo con unos taquitos de cerdo con rajas. Como llegaré hasta las 4:30 PM, me como también unas empanadas integrales de cajeta y llegando a la central, se me atraviesan unas empanadas hojaldradas de mole con pollo. Por si me da hambre en el camino, llevo cacahuates y el lonche del autobús, que aquí llamamos sandwich porque en Guanatos City, el lonche es lo que aquí llamamos torta. ¿Y las tortas? Allá las tortas son las ahogadas. Ganas de complicar todo, caray.

12:00 AM el autobús es local, así que sale puntualito. La primer película altamente recomendable... para dormir. Ni el título recuerdo. La segunda, la de Amelia Earhart pues sí me gustó y agradecí que no iba en avión por eso de las recochinas coincidencias. La tercera, los primeros treinta minutos de "Little Manhattan" (ABC del amor, una historia de amor a los 11 años) que me recordó mi primer amor, lleno de nervios, palabras que no salen de la garganta y manos sudorosas... a los 20 años. Como no puedo ver una película sin comer, me comí mis reservas alimenticias. Al fondo del lunch, aparece una bolsa miniatura de Chokis. Sólo dos méndigas galletitas. Me Chokis que hagan eso, pero me caen muy bien como postrer postre.

Guadalajara, Guadalajara... Me debes el olor a pura tierra mojada. Eso sí, hace un día precioso. Mi amigo Mario se ofreció a pasar por mí a la central, pero se lo catifixié por el regreso, en la noche. Así que, tan pronto como pongo un pie fuera de la central y al grito de "taxi", se me acercaron más taxistas que vendedores ambulantes en Acapulco en Semana Santa. "¿No hay orden para abordarlos?" -pregunto asombrado. - "No" - dijo uno de ellos, un poco apenado. Con quien usted guste ir. Volteo y veo muchos ojos de taxistas coquetos, como las jóvenes casaderas de los pueblos donde escasean los hombres, que entre sonrisas y tapándose media cara con su rebozo intentan conseguir el favor del fuereño. Los taxistas volteaban la mano... errr... quiero decir, apuntando hacia su auto. Eso sí, todos los autos impecables. Me dirijo al primero de la fila, como todo ciudadano desordenado que ha aprendido a ser ordenado en Querétaro. Resulta ser un taxista pelón, seguramente con zuelas en los zapatos, pero en eso no me fijé bien.

En el camino hacia Tlaquepaque, la típica plática normal de todos lados. El amigo narco que tiene mucho dinero pero que sabe que en cualquier momento se va a morir... O sea, lo normal en estos días.

¡Ajúa! ¡Ya estoy en El Parián! La cantina más grande del mundo... Pero como soy abstemio, paso de largo. Jueves, 5:00 PM, y poquísimas mesas ocupadas. ¿Mariachis? Ninguno. Apenas se escucha a lo lejos música de bolero... mal chiflada, por cierto... El bolero deja de chiflar y me pregunta: - "¿Grasa, joven?". - "No, pa'qué. Si ya tengo mucha" - contesto para mis adentros. Le hago una seña con la mano de que no y sigo mi camino. Estoy indignado. Traigo mis zapatos de fiesta, los únicos presentables que tengo y todavía me los ningunea, no hay derecho. Me alejo pensando en la canción de Atahualpa, que me viene al dedo... del pie... ("porque no engraso mis cacles, me llaman abandona'o... si a mí me gusta que suenen, pa'qué los quiero engrasar").

Llego a la tienda de mi amigo, quien se fue a comer y por teléfono quedamos de vernos más tarde. Quiero turistear un rato, estirar las piernas, visitar la plaza, un par de templos y por supuesto los puestos de artesanías mexicanas y chinas que nunca faltan en todo pueblo provinciano. Se me antoja un "tejuino"; pero "mejuino", porque está cerrado.

Son solo unas cuantas cuadras las que he caminado de ida y vuelta; pero la falta de costumbre y el tremendo gasto energético hace que se me abra nuevamente el apetito. Hay pizzas y lonches, pero si ya estoy en tierra de tradición gastronómica, pues lo mejor es aprovechar el viaje. Encuentro un restaurante de comida exótica: lomo de jabalí, cocodrilo y otras rarezas en el menú. Decido comer ahí. Se llama Real San Pedro.

El lugar de poca madre, un patio central de una casona colonial, con su fuente de cantera al centro. Pido una torta de chiche de sirena; pero el capitán se excusa. ¿No tienen chiche de sirena? -pregunto. "No" - responde el capitán - "Tenemos suficiente chiche de sirena, pero ya se nos terminó el bolillo". ¡Ah pinche capitán tan cábula! Encontré la horma de mi zapato. Como el jabalí no es otra cosa que puerco salvaje y de eso hay mucho manejando, pido "Filete Siqueiros" que no sé de dónde diablos tomó el nombre pero si, sí queiro el siqueiros. No acostumbro tomar fotos a mi comida ni antes ni después de comérmela, pero al buscar en Google, encontré el restaurant y el platillo. La paja de encima, no supe si era comestible o no... pero la probé. Me supo a paja y mejor la hice a un lado. Lo que más me gustó, fue que el precio era ridículamente barato para la calidad de la comida. Tiene fama de ser muy limpio, algo me dijeron que ahí "lavaban". Sí, muy limpio todo.

La música a cargo de una cantante y un "cantante-tecladista" empezó casi cuando terminaba de comer, lo cual fue una fortuna porque el chavo destrozaba las canciones. "Cruz de navajas", a cargo de la chica, por fin la escuché en español y ya supe qué dice. Pero a la hora de la comida no me interesa saber de traiciones y muertes. Para eso, vería mejor los noticieros. Luego, el chavo se arranca con "Baby I love your ways" versión whatthefuckisthat. Por último, la cantante se saca la espina con "A moment like this", la cual, neta, sí le salió muy "requetebién". La cantó exclusivamente para mí... bueno, no exactamente... pero yo era el único comensal. Ya iba de salida cuando el chavo se arranca con Hotel California. Apresuré el paso, porque más terrorífico que la letra de la canción, era oírlo cantar. ¡En fin!

Ya con la panza a reventar por el filete y el pan casero de ahí. regreso con mi amigo Mario y de ahí nos vamos al hotel Riú, a recoger a Nancy. El tráfico pesado de la Av. Lázaro Cárdenas nos permitió actualizarnos en chismes y platicar muy padre. Llegamos y... ¡Pinche hotelazo! Los que hablan de la pobreza tercermundista en México deberían darse una vuelta por ahí. Si acaso había algo de pobreza que desentonara con tanto lujo, eran mis jeans de doscientos pesos.

Como no existe mujer que sea puntual, esperamos a nuestra amiga un ratito más. De ahí a La Trattoria, a unas tres cuadras del hotel. Ni para qué la subida y bajada del coche. Y ahí nos esperaba Verónica, la amiga recién encontrada. La alegría de reencontrarnos valió la pena. Fotos y más fotos, pero mi MotoSmart tiene un filtro integrado de cámara pinche y las fotos salen granuladas y amarillentas. Además, el puto auto-enfoque que, cuando le doy clic, tarda largo rato para "encontrar la toma" y me salieron movidas... las fotos, quiero decir.

Y de repente, como de chiste, estamos un ateo, una judía, un católico light y una ultra-católica platicando. Pero como teníamos tanto que recordar, ni para qué tocar temas escabronosos, o sea, los temas "escabrosos" donde la gente se acaba "encabronando".

Lo malo de los risttorantes italianis son los nombres de sus platillos... que si a la cabronara, que si a la putanezca, que si el lingüinni y el penne... Y me tuve que aguantar la risa cuando ordenaban. Me sugirieron que pidiera camarones a la diabla. Les dije que no, que mi ex, no iba conmigo. Acabé pidiendo saltimbocca que estaba a pedir de bocca, es lomo con jamón serrano en salsa gravy. Gravy quedaría con tanta carne en un solo día... Y por supuesto, pan relleno de queso.

Por último llegó nuestro amigo Oscar, que ya sabíamos llegaría tarde. Alcanzamos a cotorrear un rato más, tomar las últimas fotos y redondear la velada. Lo de redondear fue literal, porque los dos estamos redonditos redonditos. Lamentamos la ausencia de Judith que, de último momento, no nos pudo acompañar.

Hora de despedirnos, no sin antes prometerse los jalisquillos verse más seguido, cosa que dicen cada año, pero que nunca cumplen. Dejamos a Nancy en su hotel y me llevó mi amigo a la central camionera. Por suerte, encuentro lugar en el siguiente autobús que llega en una hora... y quince minutos más de retraso.

¡Rumbo a casa! Aunque el autobús entra a Irapuato y me despierta tanto pinche bache, me vuelvo a dormir y despierto en Querétaro.

¡Llegamos! Dice el conductor mientras abre la puerta. Y yo, medio apendejado, como suelo despertar, pregunto: ¿Pues a dónde fueron? Me quito el pabilo, o sea me despabilo, agarro mi coche que dejé en el estacionamiento y me voy derechito a almorzar mi menudo de todos los viernes con mi menudero favorito, no vaya a ser que luego se me rompa "la hiel" como decíamos de niños para justificar nuestros antojos. Y de ahí, rumbo a casa.

¡Estoy en casa! ¡Hecho pedazos!… Pero bueno, con tanta carne y pan no me los iba a echar en el camión, ¿verdad? Eso sí, muy contento de ver a mis amigos de la infancia y listo para la siguiente reunión. Espero las fotos para poner una con Oscar.

25 de febrero de 2014

Depende, joven.

Depende, joven.


El primer diagnóstico certero de mi condición mental lo hizo Hermenegildo Torres, allá por los 70s, sin conocerme y sin necesidad de pruebas sicológicas: Era pendejo. Mi primera reacción fue rechazar el diagnóstico. La pendejez ajena era obvia, pero yo no encontraba la mía por ningún lado… lo cual confirmaba el diagnóstico. Mi propia pendejez impedía darme cuenta de lo pendejo que era porque todo pendejo cree que no lo es.

Pendejez de muchos, consuelo de pendejos. A final de cuentas, la sabiduría popular son las pendejadas compartidas y universalmente aceptadas. Es más fácil aceptar la pendejez que ser el único no pendejo en un mundo de pendejos y viceversa, porque creerse el único pendejo o creerse el único no pendejo es igual de pendejo.

Como pendejos, nos subimos a un pedestal de superioridad moral o intelectual pendeja auto-conferida para desde ahí pendejear a los demás, Pendejeamos abierta, oculta o disimuladamente a los demás, dependiendo del grado de respuesta que podemos obtener de vuelta, y por poder prever esto, queremos creer no ser pendejos o al menos tan pendejos de ignorarlas, como harían otros pendejos. Pendejeamos. pues,  porque en nuestro interior nos sabemos pendejos, tratamos de demostrar lo contrario y apuntamos afuera para desviar la atención; pero inevitablemente haremos nuestras propias pendejadas y arreglarlas u ocultarlas antes de ser descubierto provoca una reacción en cadena de pendejadas. Aceptar la propia pendejez es liberador para el pendejo de baúl*. De abajo hacia arriba, todo es ganancia, de arriba para abajo, todo es pérdida. No podemos ser tan pendejos como para no entender algo tan simple. Aceptar ser pendejo es ser un poco menos pendejo.

Si creemos que nos aceptamos, pero no aceptamos nuestra propia pendejez, nos estamos engañando. Dije engañando y no haciéndonos pendejos porque pendejos ya estábamos hechos desde antes. Lo pendejo no se hace, se nace. Aceptar no es luchar. Todo conflicto viene de la no aceptación de algo y eso cualquier pendejo lo sabe. Así que si luchamos contra nuestra pendejez tenemos la batalla perdida porque nos hundiremos cada vez más dentro de ella. Aceptar tampoco es rendirse, como acabamos de pensar porque somos tan pendejos que creemos que solo hay dos posibilidades. Aceptar es entender que ser pendejo es parte de nuestra personalidad como lo es ser inteligente. Ambas son dos caras de la misma moneda y no hay límite claro entre ellos. El éxito radica en cuál de las dos usemos frente a las distintas circunstancias de la vida. Algunos pendejos triunfan porque su habilidad para aprovechar las circunstancias se encuentra del lado no pendejo de la moneda. Uno es su pendejez y su circunstancia.

Ser pendejo no es ni bueno ni malo. Tampoco es sinónimo automático de superioridad ni de inferioridad, porque siempre habrá otro más o menos pendejo que nosotros según nuestro pendejómetro particular que falla bastante porque lo construyó un gran pendejo: tú. Avergonzarse o enorgullecerse por ser pendejo es de pendejos, así que invariablemente sucederá.

Lo que nos hace distintos, únicos e irrepetibles son nuestros estilos personales de ser pendejos. En qué áreas de la vida dejamos salir a nuestro pendejo interior y en cuáles a nuestro pendejo exterior, porque algunos tienen lo pendejo a flor de piel y otros, lo ocultan un poco más o por más tiempo. Los estilos individuales son tan infinitos como la pendejez misma. Cada cabeza es un mundo de pendejadas.

Las relaciones humanas se realizan mayormente en el plano de la pendejez, de pendejo a pendejo. Nuestras partes pendejas se identifican, se saludan, se amigan o enojan entre ellas. Si te encuentras discutiendo con un pendejo, al otro le sucede exactamente igual. Respondemos a las pendejadas ajenas dejando salir nuestra propia pendejez a jugar. Eso sí, con nuestras mejores armas para ganar, porque además de pendejo somos ventajosos. Si no viviéramos en la pendeja, nos daríamos cuenta que nos molesta lo que no aceptamos, así que si no hay aceptación por la pendejez propia no la habrá por la ajena, y el respeto a la pendejez ajena es la paz. 

No nos molesta tanto ser pendejos sino que nos lo diga otro pendejo y nuestra respuesta emocional a esa pendejada viene dada por la fórmula: R = kP/A. Donde “R” es la respuesta, “k” es nuestra pendejez, “P” es la pendejez ajena observada y “A” es nuestra capacidad de aceptación de nuestra propia pendejez.

Los sabios dudan, los pendejos están seguros… Lo digo con toda seguridad. Y tengo un sueño hoy: que algún día, pendejos grandes y pendejos chicos, pendejos pobres y pendejos ricos, se den la mano como hermanos y podamos vivir en la pendeja en paz. Pendejos de todo el mundo, ¡uníos!


*  Por pendejos nos metemos en baúles en vez de closets.

1 de febrero de 2014

Qué sabe nadie

Qué sabe nadie.


Constantemente soy acusado, juzgado, sentenciado y castigado por quien me quiere y quien no me quiere, por quien cree conocerme y por quien no me conoce en absoluto. Privado de los derechos de audiencia y de defensa, tengo que aceptarlo sin derecho a réplica, sin clemencia ni piedad, mucho menos absolución. El cerrojo está echado, el prisionero olvidado, no se vuelve a hablar de él. La llave arrojada al río y la vida continúa.

Cuando les pregunten dirán que no saben de mí, que fui un ingrato, que me he ido. Pero sigo aquí, donde me colocaron para que no puedan verme. Mi verdadero carcelero no son ellos, ni siquiera sus actos, sino la obscuridad que les impide darse cuenta de lo que hicieron.

Si en algún momento me visitaron, encontraron luz donde esperaban tinieblas, amor donde esperaban lucha o comprensión donde esperaban perdón, porque mi libertad es interior, ninguna reja puede aprisionarla y nadie puede impedirme seguir amándolos desde mi confinamiento.

Me pasan su lupa para magnificar mis errores, mis dudas y mis defectos, que son tantos y tan variados como los de ellos, con el fin de poder convencerse de que su precaria e inestable comodidad es preferible. Me necesitan ahí, en la prisión, para convencerse de que es el castigo justo para quien intente romper sus cadenas. Reconocer y abandonar mis propias mentiras les recuerda que no toleran las suyas. El amor que les tengo pone en evidencia el tamaño real del suyo y la incapacidad para darlo de vuelta. Vivo con los ojos abiertos, sin traicionarme, desnudo, sin máscaras, rompiendo paradigmas, destrozando creencias, reinventándome todos los días. Mi crimen no es ser quien soy sino mostrar quién pueden ser y no se atreven.

Pero qué sabe nadie... ni yo.


15 de enero de 2014

La depresión

La depresión.

¿Cómo explicar los colores a un invidente de nacimiento? ¿Cómo explicar el olor de una rosa a quien jamás la ha olido? He escuchado a gente decir: "estoy deprimido", cuando solamente está triste. Otros me han preguntado: "¿cómo sé si estoy deprimido?". La depresión es como un orgasmo, si tienes duda de si es, es que no es. Es hasta después de años de vivir en un eterno caos donde nada tiene sentido desde que puedes recordar que aprendes que a eso se le llama depresión.

La depresión no es una sensación, como el frío o la calidez, no radica en tus sentidos. No es una emoción, como podría ser la alegría o la tristeza, no te mueve a la acción sino lo contrario. Tampoco es un sentimiento, como pueden ser el odio o el amor, porque no tiene objeto. La depresión es un ESTADO CONSTANTE, como la felicidad. La palabra clave, aquí, es constante. La felicidad es percibida como una paz constante, no  como una alegría o un júbilo que resultan pasajeros. La depresión puede variar en intensidad pero difícilmente se sale completamente de ella.

Existen varios “estados”, que representan la forma permanente de vivir la vida. Los más frecuentes son: Dormido1, deprimido, perdido2 y feliz.  La mayoría de la gente vive dormida, otros muchos viven en estado de depresión. Otros pocos, viven perdidos y viven la vida como autómatas que únicamente reaccionan al medio. Y algunos pocos, muy pocos en realidad, viven en felicidad.

Sin afán de menospreciar, los dormidos están más lejos de la felicidad que los deprimidos. No porque exista algo malo en ellos, sino porque su vida transcurre relativamente llevadera en comparación con la intensa y caótica del deprimido y, por tanto, no tienen la necesidad ni la urgencia de salir de su estado. El reto de los dormidos para vivir en felicidad es aprender a tolerarla. Las sensaciones, emociones y sentimientos son pasajeros. Llegan y se van, no se quedan sino en recuerdos. Así que buscan una sucesión interminable de sensaciones, emociones y sentimientos, ya sea positiva o negativamente, como podría ser desde la búsqueda de emociones en algo tan pasivo como el cine o la televisión o en algo tan intenso como la adicción a los deportes extremos. Incluso la gente que hace del sufrimiento su vida, no es sino hasta que recuerda que “debe” estar triste que se “pone” triste. La necesidad de esta secuencia interminable resulta del vacío en que se vive entre uno y otro suceso, el cual resulta indeseable. La felicidad no es una secuencia de estos eventos agradables, aunque para el dormido le pueda parecer así. El reto del dormido para alcanzar la felicidad es aprender a tolerar este “supuesto” vacío, dejar de buscar nuevas emociones cuando las anteriores se han ido, aceptar que las emociones  serán pasajeras y quedarse con lo que ya está, para que surja la paz. En realidad están muy cerca de lograrla, solo necesita aprender a tolerarla.

El deprimido vive constantemente infeliz, así que la constancia de la felicidad no le resultará tan intolerable, pero el pesimismo intrínseco de la depresión le hace verla más lejana de lo que en realidad está, incluso la puede llegar a considerar irreal. El deprimido se siente tan pequeño que todo lo magnifica, como la infelicidad propia, la felicidad ajena y lo mismo puede suceder en cualquier otra área como puede ser el aspecto físico, como la anorexia, el intelectual o el laboral.  De ahí que haya empleado la palabra intensa al referirme a la vida del deprimido. Estar en cama todo el día es distinto si se está descansando a si se vive en una lucha intensa contra la vida.

Una forma de expresar la depresión es la manía, donde se actúa en sentido inverso a la inmovilidad típica de la depresión. Entonces se magnifica el actuar como compensación, como puede ser el caso de la vigorexia, el sexo desmedido,  el que no para de hablar, el eternamente enojado o incluso en algo tan positivo como podría ser el acopio incesante de conocimientos u objetos. La manía hace de todo para no alejarse de la carga emocional. Pero este tipo de manía, invariablemente es insostenible y por momentos descubrirá la depresión real subyacente.

Un error del deprimido es anhelar regresar al estado de dormido. La meta es huir, salir o descansar, aunque sea por unos instantes, del estado de depresión. En general, las cargas kinestésicas son pesadas porque se perciben magnificadas, innecesarias, sin sentido, pero sobre todo porque no se desean ni se aceptan ni se liberan, se quedan ahí. La paradoja del depresivo es que, aunque puede llegar a la felicidad, no se cree merecedor, valioso o fuerte para lograrlo.

Los dormidos difícilmente entenderán a los deprimidos, pero sí pueden aprender a respetarlos.

Los castigos y la ira que puedan desatar los padres o parejas no funcionan o lo hacen en forma negativa, para quien ya, de por sí, está auto-castigándose y odiando su vida.

Las palabras condescendientes: "pobrecito",  "no te preocupes" y otras similares, dichas de buena fe, demuestran incomprensión y restan importancia a quien ya, de antemano, se siente incomprendido y minimizado.  

En la experiencia del dormido, las emociones son pasajeras y le es común pensar que así será para el deprimido; pero para este último, nada es pasajero. La esperanza de futuro, expresada como: “ya se te pasará”, “mañana será otro día” tendrán nulo significado para quien vive en desesperanza.

Las porras de “ánimo”, “tú puedes” o “échale ganas” llegan tarde para quien sacó de quién sabe dónde, la fortaleza para tan solo mantenerse vivo un día más.

El dormido, realiza cosas para llenar la vida y suele aconsejar desde su propia forma de ver la vida: “sal”, “diviértete”, “ten una actividad”. Para el deprimido, aunque puede hacer las mismas cosas que el no deprimido, las realiza con mayor desgaste energético y acaba agotado, por tanto y para protegerse, se limita a las cosas que le son estrictamente necesarias.

No es necesario entender la depresión, basta con respetarla. La forma de respetar al hijo, hermano, amigo o pareja depresivo es simple: preguntar qué necesita él y esperar hasta que esté dispuesto a hablarlo. Por mientras, habrá que esperar, al lado, y estar dispuesto a ayudarle cuando él lo pida, en lo que pida, como lo pida y en la medida de las posibilidades. Más que frases o libros motivadores o inspiradores es necesario mostrar el apoyo y la disposición de permanecer al lado. Es preferible usar un “te espero” que un “apúrate”, un “no entiendo pero lo acepto” que un “estás mal, cambia”. “No sé cómo ayudarte pero puedes pedirme lo que necesitas” es una frase honesta que abre la puerta y respeta al otro.

Tanto el deprimido como el despierto distorsionan su voluntad y caen frecuentemente en el voluntarismo. Pero mientras el dormido disfruta las ventajas de salirse con la suya, el deprimido no quiere serlo, lo ve como una gran imperfección, se enoja con él mismo por serlo, incluso llega a odiarse por ello y reprime su fuerza de voluntad al máximo como auto-castigo o como medida de -control pues en realidad teme a esta fuerza que percibe como desproporcionadamente poderosa y teme hacerse daño o hacerlo a los demás. La cantidad de energía para llevar acabo cualquier función debe primero igualar a la fuerza que aplica en contrario y sumar la energía normal que requeriría llevar a cabo cualquier tarea. De ahí el agotamiento constante de quien vive en la depresión.

El miedo desmedido a la ira desmedida que pudiera volcarse en los demás, primero sobre los padres ya que la depresión se instala en las primeras etapas de la vida y luego hacia los demás, se vuelve hacia sí mismo. El miedo a la ira impide en gran medida aceptarla y canalizarla y requiere otra gran cantidad de energía para contenerla.

Por último, la visión magnificada del depresivo exige un perfeccionismo desproporcionadamente irreal contra el cual suele compararse. En la comparación no solamente sale perdiendo sino que se coloca en los últimos sitios de la repartición de dones. El orgullo, como distorsión de la razón, está seriamente lastimado. La imperfección se percibe tan magnificada que el deprimido quiere desaparecer o, cuando menos, pasar desapercibido. Salir a la calle, mostrarse e incluso platicar requiere un esfuerzo adicional. Incluso en aquellas áreas libres de conflicto, el deprimido vive en la constante desvalorización y no reconoce sus méritos, sus dones ni sus logros como tales. No desde la humildad sino desde la perspectiva fatalista que, cuando le resulte innegable el mérito, lo considera mera suerte y vive en el miedo constante de ser descubierto como el mérito fraudulento que percibe.

Aunque para el deprimido parezca imposible salir de este estado, precisamente por su visión fatalista y catastrófica de la vida, sí es posible y no está fuera del alcance de nadie. Pero no saldrá hacia el dormir o hacia el perderse. Le es imposible ya que la depresión viene de la represión de sus fuerzas, no de la negación ni de la inconsciencia. El único camino posible es hacia la felicidad. No sobre-simplificaré dando recetas mágicas. Toda la ayuda externa es bienvenida, médica o terapéutica, pero requiere de un trabajo personal para ampliar la consciencia y reconocer, aceptar, conocer y manejar las fuerzas internas: Desenredarlas, hacer que trabajen una al lado de la otra, en colaboración, no interfiriendo entre ellas, para pasar del miedo al amor, del orgullo a la razón y del voluntarismo a la voluntad.

Para alinear nuestras fuerzas internas podemos empezar por preguntarnos, ante cualquier situación de la vida que valga la pena revisar: ¿Qué siento? ¿Qué pienso? Y ¿Qué quiero? Las tres preguntas son necesarias e igualmente importantes. Seguramente observaremos el entrelazamiento de las tres, por ejemplo, “siento  que es correcto/incorrecto” cuando en realidad es “Pienso que es correcto/incorrecto”. “Siento que quiero/no quiero”, mezcla el sentimiento con la voluntad. “Quiero o no quiero” da más luz al asunto. “Pienso que estoy triste”, por ejemplo, es reemplazar la emoción real con aquella que creemos que deberíamos sentir. Tal es el caos de nuestra vida y poner orden no requiere sino un poco de disciplina. Ahora ya lo sabes, ahora ya lo puedes usar en tu beneficio.

Separar las fuerzas desanudará la tensión entre ellas ya que acaba la lucha entre ellas. Una vez aclaradas las verdaderas intenciones de cada una de las fuerzas, podremos tomar decisiones más conscientes a la vez que vamos aclarando el camino. Si lo que siento es amoroso, lo que pienso es verdadero y lo que quiero es bueno, entonces difícilmente tendré dificultad en tomar una decisión. Sin embargo, cuando alguno de los aspectos no puede ser cubierto, lo cual es bastante frecuente en un principio, también podremos tomar una decisión no tan equilibrada, pero estaremos conscientes de las posibles consecuencias de la misma y nos podemos preparar para un posible mal resultado. Lo importante es, pues, dejar fuera el auto-engaño.

Separar las fuerzas tiene la ventaja de poder atender cada una de ellas por separado y en la intensidad y frecuencia que cada una requiere. No existen terapeutas intelectuales ni de la voluntad, pero dejarlas de lado cuando se trabaja en sicoterapia ayuda a centrarse en los sentimientos. La razón podrá ayudar a entender y poner orden mientras que la voluntad podrá ayudar a mantenerse firme en caminar constantemente hacia la libertad emocional.
Notas.
1 No me gusta el término “dormido” pero es el que se emplea comúnmente, en contraposición por “despertar” a la consciencia. Así que pido perdón de antemano por usarlo. Prefiero darme a entender que inventar nuevos términos que solo tengan significado para mí.
2 No creo ofender a ningún “perdido” ya que, de serlo, ni siquiera estaría leyendo esto y si lo leyera, no se preocuparía por entenderlo.