Amor de novela de novela de amor.
Mi día se había convertido en el ansia de tenerla de vuelta
en mis manos. A veces violenta y a veces tierna, pero siempre interesante, mi Sherezada
revelaba sus secretos cada noche. Yo... yo estaba terriblemente atrapado con todo el placer que me proporcionaba.
Regresaba con prisa a casa, para llevarla conmigo a la cama.
La tenue luz del buró preparaba un ambiente íntimo.
Mi imaginación volaba mientras mi mano la recorría de arriba a abajo, sin prisas.
Mi imaginación volaba mientras mi mano la recorría de arriba a abajo, sin prisas.
Resultaba difícil detenerme, pero el cansancio del día me
rendía.
Alargaba la noche unos minutos más hasta quedar satisfecho y ella quedaba a mi lado. Muchas veces, no todas, mis sueños repetían la historia recién vivida.
Alargaba la noche unos minutos más hasta quedar satisfecho y ella quedaba a mi lado. Muchas veces, no todas, mis sueños repetían la historia recién vivida.
Fueron muchas noches de placer las que tuvimos; pero como
todo amor trágico, éste también tuvo su final. No fue la primera, ni sería la última y eso me permitía decirle adiós con más
gusto que tristeza. Con la promesa de volverla a buscar en el futuro, la llevé al librero y la
coloqué entre mis novelas favoritas.
Enoch Alvarado