27 de mayo de 2012

De colores

De colores.

Hola, señor, me da gusto saludarle de nuevo. Fíjese que venía yo cantando dentro de mi cabeza esa vieja canción que cantábamos en la escuela:

De colores, de colores se visten los campos en la primavera.De colores, de colores son los pajaritos que vienen de afuera.De colores, de colores es el arcoiris que vemos luci-i-ir.Y por eso los grandes amores, de muchos colores, me gustan a mí.
De colores, de colores son los calzoncillos de los abuelitos... Y ¡zaz! Me dí cuenta del por qué. ¿Viera qué adornada está mi ciudad? No como en mi infancia cuando se adornaba el barrio con tristes conitos de papel separados con popotes de los colores del santo que se festejaba. Recuerdo bien el blanquiazul de la Virgen y el amarillo de la visita del Obispo. No, señor, la ciudad está toda adornada con los colores de los partidos con las fotos de sus candidatos. Eso sí, todos están muy sonrientes, porque usted ya ha de saber que las elecciones las ganan las mejores fotos. Pero no es de los candidatos que le quiero platicar, señor. Es sobre los colores que adornan la ciudad.

Mire usted. El PAN tiene un azul “Tec de Monterrey” muy bonito; pero dudo mucho que ese tono sea el adecuado. Yo dejaría el Azul Rey para los yunquistas y azul gris para el resto. ¿No le parece a usted?

¿Y qué decir del PRI? Está usando el verde y rojo en sus campañas... El rojo está bien; pero cambiaría su tono a rojo sangre. Sangre de Tlatelolco, del Jueves de Corpus, de Acteal, de Aguas blancas, de Atenco. El verde habría que cambiarlo. Atendiendo a su pasado, a su historia, a su recuerdo, a la forma de proceder y a sus intenciones les quedaría mucho mejor el negro, salvo su mejor opinión.
El PRD emplea el amarillo en vez del rojo, que le correspondería por ser de izquierda; pero ni hablar que el rosa mexicano les quedaría perfecto. Es remotamente rojo; pero eso sí, muy a la mexicana. Además, es el único que se ha pronunciado a favor del matrimonio de parejas homosexuales. Yo opino que los homosexuales también tienen derecho a casarse y a ser igual de infelices en sus matrimonios que los heterosexuales. Además, habría más chamba para el Registro Civil que los casa y los abogados que los descasan. ¡Ah! Pero perdone usted, ya me estoy desviando del tema.

Y luego Sinvergüencia, Convergüencia o como sea que se llame el “Movimiento ciudadano”. Un águila juarista -que bien podría cambiar por un pájaro dodo- color naranja y letras azules. El naranja les queda bien, en mi opinión, pero el azul debería cambiar por un amarillo mango. Así sus colores representarían los votos de la gente.



Nueva Alianza usa el blanco sobre fondo azul. El blanco les representa perfecto pues combina con cualquier otro color. Tal vez el próximo sexenio lo veamos sobre fondo amarillo o sobre fondo tricolor. Por cierto, señor, cosa curiosa es llamar PANAL  a un chinchero.


Y luego, el Partido Ecologista. Ese tienen un logotipo verdaderamente hermoso. Un tucán, una hoja y un fondo color verde selva. El tucán podría cambiar por un zopilote, la hoja por un contrato y el verde sería más creíble si fuera verde dólar.


¡Oh! Me olvidaba del PT. Este emplea un logotipo amarillo sobre rojo, igual que la antigua URSS o la bandera china. Creo que debería ser transparente, ya que ni pinta ni da color.


Bueno, señor, me despido de usted porque me esperan en la puerta unos señores. Dice mi niño que quieren a invitarme a no sé donde para darme una calentadita... creo que entendió mal, porque no es Invierno y debe ser una refrescadita. Sí, eso debe ser. Agur.

Enoch Alvarado