14 de noviembre de 2009

LA INOCENCIA EN TODO SU ESPLENDOR

La inocencia en todo su esplendor

Sucedió en una peluquería (la pongo tal como me llegó).

Una pequeñita de 5 años acompaña a su padre a la peluquería para que éste se haga un corte de cabello. El peluquero, hombre muy amable, decide dar a la niña una pieza de pan dulce para hacer más grata la espera. La niña se sentó a un lado del sillón, precisamente debajo de donde cortaban el cabello a su padre. El peluquero voltea a ver a la niña, y le dice:
- "¿Sabes algo, muñeca? Se te va a llenar de pelos tu bizcochito".
La niña, pronta, responde:
- "Sí, ya me platicó mi mamá... y que también me van a salir chichis ...".



Esta otra, me la contó una persona que -asegura- fue testigo. Yo nada más le di el "estilo literario":

Una señora, en la fila del banco, batallaba con su hijo, quien no dejaba de correr por todo el lugar. Todas las miradas: buenas, malas y condescendientes, estaban sobre ellos. La madre, apenada por este comportamiento, fué donde estaba el chiquillo, le tomó de la mano y le amenazó, con voz fuerte, como queriendo demostrar que podía controlar la situación:
- "Si no te estás quieto, le voy a decir a tu padre que te portaste mal".
Y el niño, sin siquiera preocuparse "tantito", le regresa su amenaza diciéndole:
- "Y yo le digo a mi "abue" que tú le chupas el pajarito a mi papá-a".
La señora salió "disparada" jalando al chiquillo, sin siquiera levantar la cara.



Esta la hizo mi hijo, Enoch Marthel. Sucedió un día que fuimos a comer al que era mi restaurante favorito. La mamá de mi hijo solía acabar las discusiones con él, diciendo "y punto". Por ejemplo, le decía... "te sientas y punto" o "No y punto". Le ponía un énfasis especial al "y punto". Nada fuera de lo normal... a menos que consideráramos que el pequeño apenas empezaba a hablar.

Ese día, en la mesa de al lado estaba otro niño -un poco más grande- queriendo ver el juguete que mi hijo tenía entre las manos y no quería soltarlo. La numerosa familia del otro niño y nosotros observábamos la escena. El otro niño le trataba de convencer que le dejara ver el juguete... así que mi hijo usó lo que había aprendido bien de su mamá... a hacer una "enfática negativa". Le soltó un "No, y puto" muy "sonoro". Mi "ex" se puso de todos colores y se desvivía en explicaciones y disculpas...



Esta última, le pasó a mi amiga Karen con su hijo:

Estaba haciendo la tarea (de 5° año) y tenía que escribir algo acerca de poetas. Me pide que le ayude, proporcionándole nombres de poetas. Le mencioné varios, pero el que definitivamente le llamó más la atención fue Amado Nervo.
- ¡Achis, achis! a ¿poco así se llamaba?
- Sí, le digo, ¿qué tiene?
- No, pu's pobre wey, ¡apa (sic) nombrecito!
- ¿Por qué "pobre"?
- No, pu's es que me cae que nadie lo ha de haber querido.
- ¿Cómo no? Si su nombre era Amado es porque era muy amado por muchas personas.
- Mira -me dice muy serio- si le preguntamos a todos los que lo conocieron: "a ver, quién ama a Amado?" yo te puedo apostar lo que quieras que nadie levanta la mano y dice ¡yo!
++++ aquí quién fue la inocente???+++

Enoch Alvarado
con la colaboración involuntaria de Karen Saúl

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