10 de julio de 2011

¿Creador? ¡Mis creadillas!

¿Creador? ¡Mis creadillas!

La Existencia no puede hacer otra cosa sino existir. No existe tal cosa como la no Existencia y esto no es retórica ni un simple juego de palabras, es intrínsecamente imposible. No pudo existir nada previo a la Existencia, por tanto la Existencia no tuvo principio. No puede existir nada fuera de la Existencia, nada que no esté contenido en la Existencia misma.

Quienes argumentan que un ser creó la Existencia, pero que él mismo no es creado, aceptan que existe algo eterno e increado; pero se resisten a llamarlo meramente la Existencia. Necesitan forzosamente creer que hay un "quién" en vez de un "qué".

El "cómo" existe nuestro Universo les molesta enormemente a quienes todavía creen que la Tierra y el Universo fueron creados mágicamente en 6 días. Los más abiertos dirán "así es como Dios lo hizo". La Teoría del Big-Bang explica y demuestra cómo se originó este Universo que conocemos. Esto no significa que no existan otros Universos, no necesariamente "paralelos" ni en "otras dimensiones", los cuales teóricamente son posibles si consideramos la antimateria y la dimensión tiempo, sino universos similares formados también por materia, en otros tiempos y espacios. Nuestro Big-Bang bien pudo ser precedido por otro Universo similar que terminó en un Big-Crunch. Y estos eventos, Big-Crunch y Big-Bang, bien pueden alternarse inifinitamente.

La religión busca el sentido mismo de la Existencia en un "otorgamiento", una patente exclusiva de un Ser. ¿Por qué la Existencia debe tener un sentido distinto de existir simplemente? Hoy sabemos que la materia va generando estructuras más complejas cada vez, a lo largo del tiempo. Las partículas subatómicas formaron átomos, los átomos moléculas, éstas formaron compuestos y éstos, organismos. Creer que antes de la infinitamente pequeña existencia de las partículas subatómicas existió un Ser tan complejo que fuera capaz de crear universos enteros puede ser imaginada, mas no explicada y, lleva a una interrogante aún más difícil: ¿Qué sentido tiene crear universos? Si el sentido fuera que un grupo de hombres en un planeta, de una insignificante estrella, una más de los cientos de millones de estrellas de nuestra galaxia, la cual no es sino una más entre cientos de millones de galaxias, lo adorara después de pasar dieciséis mil millones de años. Esto hablaría muy mal de ese creador, sería el Gran Creador del Enorme Desperdicio de Materia y Tiempo.

La complejidad creciente parece ser la constante en nuestro Universo, no es necesario buscar intención en una formación rocosa, no se necesita un objetivo ulterior. La simple acumulación de materia es suficiente para explicar nuestra presencia. Los mecanismos son variados y la Física está encontrando las Leyes que la rigen.

Así como los átomos con menos cantidad de electrones en sus capas energéticas más alejadas del núcleo son más afines a unirse a otros átomos, igualmente ciertas características de los seres vivos son más aptas para lograr la reproducción y la sobrevivencia del individuo. Charles Darwin hizo inferencias muy acertadas empleando la mera observación de la realidad que se probaron ciertas con el descubrimiento de fósiles que trazan perfectamente los caminos que tomó la evolución. Una vez más quedó al descubierto que no es necesario un fabricante de especies.

Los dioses no son inmortales, mueren en cada paso que da la humanidad con respecto del conocimiento de la realidad. Murió el dios Sol, murió el dios de la lluvia y los pocos que quedaron son arrinconados y reducidos en poderes. Por eso para los religiosos es imprescindible abstenerse de la realidad y lucharán con todo contra la Ciencia y la educación. A falta de seres todopoderosos que nos puedan cumplir nuestros caprichos, la mente infantil que se resiste a crecer, inventa y sigue nuevos mecanismos para confortar sus miedos, su orgullo y su voluntarismo. Detrás de cada paso que da la Ciencia, aparecen los charlatanes vendiendo seudo-ciencia. La seudo-ciencia promete a aquellos que ya comprobaron la ineficacia de las oraciones un reemplazo igual de irracional y falso. Hoy se habla más de Física cuántica en los círculos new-age que en las Universidades tergiversando impúdicamente el conocimiento en aras de vender un producto que llene el vacío donde la religión ha retrocedido. El mercado de la ignorancia y la superstición es más grande que el de las drogas y es socialmente aceptado, como el alcohol, pero no menos dañino.

La escala atómica tiene leyes de la Física atómica distintas a las que aplican a nosotros. Los átomos no caen por gravedad hacia el centro de la Tierra. La mecánica cuántica aplica a los cuantos, no a las moléculas, mucho menos a nosotros. Cuando el modelo atómico se pensó como electrones con rutas concéntricas, los charlatanes se alegraron porque la famosa "Ley de Correspondencia" enunciada como "Como es arriba es abajo, y como es abajo es arriba" que no significa absolutamente nada, podía aplicarse en algo realmente comprobable y científico. Los electrones no giran alrededor del núcleo atómico sino que vibran dentro de una capa energética, acercándose y alejándose en forma aleatoria e incluso intercambiando sus niveles. La "Ley de Correspondencia" perdió este sustento, pero no desapareció, porque para el pensamiento mágico infantil, los fallos no cuentan. Los charlatanes y sus seguidores seguirán esperando una nueva puerta que abra la Ciencia para acomodar sus productos detrás de esa puerta. La hipocresía de las seudo-ciencias es tal que apelan al respaldo de la misma Ciencia que niegan y atacan.

El mercado de la ignorancia emplea afirmaciones idiotas que serán repetidas hasta el cansancio, se publicarán libros que dirán lo mismo, fundamentándose unos en otros, creando un círculo autosustentable de mentiras que serán consideradas por verdades por las masas acríticas. Todo aquél que no las acepte, dude o critique será calificado de tonto y necio, cuando menos y de satánico, cuando más.

Hoy, los líderes religiosos lloran y hacen rabietas porque perdieron su derecho de destruir a sus opositores, de llevarlos a la hoguera y hacerlos callar. Culpan a los demás de los problemas que su producto jamás pudo resolver y que, en gran medida, ellos mismos provocaron. No les basta con llevar una vida miserable llena de culpas y miedos, también quieren imponerla a los demás. De tanto llamar amor al odio, verdad a la mentira y sabiduría infinita a la ignorancia, hunden a la humanidad en la oscuridad de la confusión y luego pretenden vender la supuesta luz que la debe guiar.

Las religiones y los charlatanes lucran con la ignorancia y la miseria y participan activamente en el detrimento del saber y de las libertades y derechos de los individuos, porque la ignorancia no puede sobrevivir a la educación, porque quien sólo tiene unos cuantos mendrugos para comer no puede darse el lujo de arriesgarlos, porque el que sabe no es engañado, porque la libertad no necesita de permisos y porque los derechos reconocidos no necesitan ser negociados. La condición necesaria para el mercado de la ignorancia es que los individuos cierren fuertemente sus ojos y oídos a cualquier otra realidad distinta. La Ciencia requiere de ser demostrada, los Ángeles, Feng Shui, alimentos milagrosos, terapias alternativas, conspiraciones reptilianas o alienígenas y nuevos mesías requieren de ser creídos. Por lo mismo, la Ciencia camina lento y las seudo-ciencias pululan. La verdad requiere esfuerzo y devoción por eso es valiosa, la mentira es gratis pero tiene costos ocultos muy altos.

Las constantes del mercado de la ignorancia son el sectarismo, el dogmatismo y la autoridad superior que el dios o el gurú provee. Todo lo contrario a la Ciencia, la cual debe ser demostrada, comprobada, criticada, publicada y se irá ajustando a los nuevos descubrimientos. Los autores son reconocidos por sus méritos reales, no por los imaginarios. El ignorante proyecta su precaria condición humana hacia afuera y cree que el mundo es tal cual él lo puede percibir. El Científico no sabe cómo es el mundo y trata de averiguarlo.

El cáncer es curable en la mayoría de los casos por los avances científicos en su detección temprana, en su tratamiento y en el conocimiento de los mecanismos que lo provocan y mantienen, no por los ruegos ni oraciones comunitarias de las personas. La paz jamás ha llegado por medio de la oración sino por el hartazgo de la sociedad que soporta la misma guerra. Con oración y sin oración, con alimentos milagrosos y sin ellos, con ángeles y sin ángeles, con dioses y sin dioses, han existido desastres naturales, enfermedades, accidentes, muertes, crisis económicas y guerras. La Ciencia es la única herramienta que tenemos para prevenir, evitar, paliar o solucionar estos problemas. Cada paso que da la Ciencia nos beneficia a todos. Cada obstáculo nos perjudica a todos. Es tanta la miseria moral del mercado de la ignorancia que no puede ya creer en la "pureza" de intenciones de la Ciencia. Aún así, moralmente la Ciencia es muy superior pues obtiene beneficios de las soluciones y beneficios que provee mientras que aquellos los obtienen del fraude que les es intrínseco, pues no proveen más que una falsa sensación de seguridad y de conocimiento, aún cuando ésta pueda funcionar momentáneamente.

Enoch Alvarado