Espero que hoy y siempre descubras la belleza que hay en todo, que vuelvas a ver el mundo con asombro, a cada gente que hay (¡cada gente que hay!). Que cada animalito de la calle sea tu mascota -aún cuando no viva contigo. Que tus bienes sean tus juguetes y recuerdes que conforme creces vas dejando atrás tu necesidad de ellos, es más, no necesitas sino muy pocos de ellos. Que el mundo entero sea tu cuarto de juego y tu trabajo sea tu parque de diversiones.
No todo en tu niño es risa y alegría, a veces se pondrá egoísta, triste o enojado. Cuando esto te suceda, trátate con el mismo amor, paciencia y respeto que le debes a cualquier otro niño. Quiérete mucho, como adulto responsable, protégete de ti mismo y ponte límites.
Crecer toma tiempo y no sucede, jamás, por el sólo hecho de desearlo. Tampoco podemos hacer crecer a los demás. Esto es totalmente un camino personal y voluntario. ¿Quién sino tú mismo puede hacer crecer sano, maduro y felíz a tu propio niño interior?
Ama a tu niño sin crítica sino aceptación, sin juicios sino compasión, sin impaciencia sino tolerancia, sin rigidez sino firmeza, sin lastimar sino respeto, sin ignorarlo sino con conocimiento de lo que necesita y desea. Te darás cuenta que las ecuaciones son parejas: tanto como te ames a ti, amarás a los demás. Tanto como puedes dar amor, puedes recibir el amor.
Muchísimos apapachos de mi niño interior a su niño interior, hoy y siempre,
Enochito
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