Chistes de curas pervertidos

Chistes pelados sobre los curas. Pero qué digo pelados... peladísimos, cochinísimos y pervertidos. Así que si se espantan, no les gusta el lenguaje vulgar o no creen que se pueda bromear con los sa-cerdotes y sus desviaciones, pues mejor nos despedimos aquí. Nos vemos en el próximo post.

Chistes de curas pervertidos

En el confesionario:
- "Padre" -dice la mujer- "Cómo quisiera tener su pene en mis manos"
- "No, hija mía. Tus manos son sagradas, porque con ellas te persinas" - Responde el sacerdote
- "Padre" -insiste la mujer- "Me gustaría tener su pene en mi boca"
- "Tampoco, hija mía. Tu boca es sagrada, pues de ahí salen tus oraciones" - Replica el cura
- "Padre" -vuelve a insistir la mujer- "¿Y si pone su pene en mi vagina"
- "Menos, hija mía. Tu vagina es sagrada, pues por ahí saldrán tus hijos" - Dice el padre
- "Bueno, Padre, que sea donde sea, pero sáquemela de atrás que ya me duele un chingo"

En la escuela católica, un maestro va a ver al Padre Director:
- "Padre. Tengo que confesarle que me chingué a un niño"
- "¡Ay sí! ¿Verdad que lindas y tiernitas sus pompitas y ...?"
- "Pérese padre, párele ahí, yo nada más lo reprobé"

Aprovechando la visita del Obispo a su parroquia, el cura le pide confesión:
- "Monseñor. Quiero confesarle que he abusado sexualmente de los niños de mi parroquia"
- "¿Usaste condón hijo mío?
- "No, Monseñor"
- "Menos mal, hijito, porque está prohibido el condón, ¿de acuerdo? prohibidísimo.

El padre impone la penitencia a la muchacha que va a confesarse:
- "Hija mía. De penitencia me harás sexo oral"
- "Pero, padre... "
- "¿Quieres la absolución o quieres arder en el infierno?
- "Bueno, como usted diga, padre"
Y empieza la muchacha a cumplir su penitencia...
- "Oiga, padre. ¡Su pene sabe a mierda!"
- "¡Ay, hijita! Es que acaba de ponerle su penitencia a tu hermanito"

Un sacerdote a su confesor:
- "Padre, estoy enamorado de la hija del sacristán"
- "Hermano, pero si esa niña apenas tiene 11 añitos"
- "Sí, padre, pero parece de 8"

- "!Padre! ¡Padre! ¿Qué le pasa que tiene los ojos en blanco?"
- "¡Calla, níño! Tú síguele chupando"

- "!Padre! ¡Padre! ¿No puede cambiarme la penitencia?"
- "¡Silencio! Y no te muevas tanto porque se sale"

Acomodados dentro del confesionario, el cura le hace el amor a la confesada:
- "Vamos a probar por atrás. Date la vuelta".
- "Pero, Padre, ¡eso es obsceno y pervertido!"
- "¿Qué dijiste?" -pregunta asombrado el cura.
- "Obsceno y pervertido, Padre, ¿qué pasa?"
- "No, nada, no pasa nada, es que me sorprendí porque son palabras muy fuertes para que las conozca una niña de siete años".

Se confiesa el jovencito con el padre:
- "Padre. Tuve relaciones sexuales con el cura de la parroquia del pueblo vecino".
- "Hijo mío. Para la próxima recuerda que tu parroquia es ésta".

En el confesionario, el nuevo cura de la parroquia pone la mano de la jovencita sobre su pene:
- "¿Sabes qué es ésto, muchachita?"
- "Una ramita, padre"
Comovido ante la inocencia de la jovencita, el padre prosigue:
- "¿De verdad crees que es una ramita?"
- "Sí. Porque el Padre Chucho tenía un troncote, que ni en las dos manos me cabía."

Platicaba un sacerdote con un feligrés dentro de confesión:
- "Cuando era joven y veía una revista con mujeres desnudas, mi madre la quemaba y me ponía una Biblia en la mano. Cuando quería salir con alguna muchacha, me encerraba en casa y me ponía a rezar. Por eso soy lo que ahora soy".
- "¿Así es como se hizo sacerdote?
- "Sí; pero también algo más, primor".

Enoch Alvarado