13 de marzo de 2009

El adorador de Quetzalcóatl

El adorador de Quetzalcóatl.

Había una vez, en el pueblo de Tutanpendéjotl, un viejo anciano indígena llamado Midiotzin, quien seguía creyendo en el dios Quetzalcóatl. El cura del pueblo luchaba incansablemente por hacerle entrar en razón, se bautizara cristiano y salvara su alma.
- (Cura) “Midiotzin, Quetzalcóatl no existe, jamás existió”.
- (Midiotzin) “No, tata. Yo sé que sí existió. Si él mesmito enseñó a mis antepasados a cultivar el maíz”.
- (Cura) “Probablemente existió el hombre; pero no es Dios”.
- (Midiotzin) “No, tata. Quetzalcóatl jue hombre pero también jué Dios. Eso es lo que mis viejos me contaron”.
- (Cura). “Pero adorar a Quetzalcóatl no te sirve de nada”.
- (Midiotzin) “No, si lo crea, tata. Yo li llevo sus elotitos toditos los Lunes y los pongo al pie de su imagen y él mi lo manda la lluvia y la cosecha sale retebuena”.
- (Cura) “¿Imagen? Pero si eso es una piedra”.
- (Midiotzin) “Donde asté mira una piedra yo miro a Quetzalcóatl. No lo es; pero como si lo juera”.
- (Cura) “Si la piedra desaparece, ¿dónde quedará tu dios?”.
- (Midiotzin) “Déjime li explico, tata. Quetzalcóatl lo istá en las plantitas, lo istá en il agua, lo istá en las nubis. Él mesmo las hizo y allí istá”.
- (Cura) “¿Ah si? ¿Y quién lo creó a él?”.
- (Midiotzin) “Naiden, tata. A Quetzalcóatl naiden lo hizo. Él siempre ha istado allí y siempre lo istará”.
- (Cura) “Pero estás creyendo en un Dios en el que creían las personas ignorantes hace cientos de años”.
- (Midiotzin) “Para Quetzalcóatl es lo mesmo uno que mil años, tata”.
- (Cura) “¿Dónde dice que Quetzalcóatl es Dios”.
- (Midiotzin) “Bueno, tata, pa’eso están los códices de mis agüelos donde clarito dice que Quetzalcóatl nos hizo a toditos los hombres del maíz”.
- (Cura) “¿Y dónde están esos dichosos códices?”.
- (Midiotzin) “No, pus ya los quemaron. Pero si lo platicaron a sus hijos y los hijos a sus hijos. Ansina me lo contaron mis padres y ansina lo creyo”.
- (Cura) “¿Y cómo sabes que tus códices decían la verdad?”.
- (Midiotzin) “A pus retifácil, tata. Los códices también lo decían qui isa era la verdá”.
- (Cura). “¿Y cómo sabes que eran divinos?”.
- (Midiotzin) “Pus porque tanta belleza en las palabras y lo que allí dice sólo pudo haber sido de Quetzalcóatl”.
- (Cura) “Pero Midiotzin, ya nadie cree en Quetzalcóatl”.
- (Midiotzin) “En mis tiempos, tata, sí lo éramos munchos. Pero los jueron matando o se jueron muriendo. Los que mataron por ser fieles a Quetzalcóatl, esos orita están con él cuidándonos desde el Chicnauhtopan”.
- (Cura) “Nada bueno saldrá de adorar a tu dios”.
- (Midiotzin) “Tata. Yo sin mi dios no soy nada. Él mi lo crió a mi di maíz y toditas las cosas di la Tierra. Todito lo bueno Salió de él”.
- (Cura) “Pero tu dios te ordena sacrificios humanos”.
- (Midiotzin) “No, tata. Eso hacíamos, pero ya no, tata. Era a los qui adoraban a otros dioses a los que debíamos sacrificar; pero ya no hacemos eso”.
- (Cura) “Entonces tus códices estaban mal”.
- (Midiotzin) “Sólo los entendimos mal, tata. Quetzalcóatl no si equivoca; pero nosotros, pus sí”.
- (Cura) “Te vas a ir al infierno por creer esas cosas”.
- (Midiotzin) “Nos dijo Quetzalcóatl que si creemos en él y hacemos lo que'l nos dijo, iremos al Chicnauhtopan; pero si mi olvido di él entonces entonces iré a Mictlán con todito y mis huarachitos. Yo no quiero ir al Mictlantli, tata”.
- (Cura) “Entiende, Midiotzin que sólo existe un Dios”.
- (Midiotzin) “Si lo sé. El único es Quetzalcóatl. Los otros son como dioses; pero no lo son. Como si jueran dioses chiquitos y unos son buenos y otros son malos. Mictantecutli es el más grande de los malos y vive en Mictlán; pero el mero mero di todos es Quetzalcóatl”.
- (Cura) “¿Pero cómo sabes que esos lugares existen?”.
- (Midiotzin) “Asté no lo sabe, porqui no si lo enseñaron sus tatas, tata; pero el Chicnauhtopan está más allá del ilhuícatl y Mictlán lo está muy dentro en la tierra, como si caváramos un pozo projundo”.
- (Cura) “Quiero bautizarte para que seas hijo de Dios”.
- (Midiotzin) “Ya mi lo hicieron hijo de Quetzalcóatl desde chiquito mi lo pusieron un círculo de tierra y ceniza de maíz en la espalda y en las plantas de los pieses”.
- (Cura) “Vamos a ver, Midiotzin. ¿Tu dios hace milagros?”.
- (Midiotzin) “Retiartos, tata. Sin ir más patrás, apenitas mi nietecito andaba retemalito y mi lo curó”.
- (Cura) “¿Y cómo sabes que lo curó tu dios”.
- (Midiotzin) “Ah, pus porqui yo mesmo se lo pedí retiharto y le llevé muchos elotitos tiernos, d’esos que li gustan”.
- (Cura) “¿Y si se hubiera muerto?”.
- (Midiotzin) “Antonces pus ni modo, sería porqui ansina lo quiso”.
- (Cura) “¿Y cómo sabes que estás en lo cierto?”.
- (Midiotzin) “Muy fácil tata, porqui así lo siente mi pecho y mi corazón no falla”.
- (Cura) “Estás ciego a la verdad de Dios”.
- (Midiotzin) “Tata, ¿por qué no quiere su mercé creer en Quetzalcóatl?”.
- (Cura) “Porque son inventos de la gente, basado en leyendas de gente, más ignorante aún, de cosas que pasaron hace cientos de años de las cuales jamás hay una sola evidencia de verdad, fuera de lo que tus códigos dicen que dicen”.
- (Midiotzin) “Tata, Pa'creer lo que su mercé me dice dígame, el suyo ¿en qué es distinto?”.

Enoch YotzinTéotl

1 comentario:

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.